Querida Coral:
Olvídate de quien eres. Olvida lo que sientes, lo que palpita, oxigena, lo que bombea amor a raudales por esa persona. Olvidate. Si puedes.
Aparta todo eso porque quiero hablarte a tí. En la soledad más cruel y más pura, la que escuece y también da paz, la que quizás no elegiste pero por algún motivo está aqui, contigo. Ésta soledad tan concurrida de presentes que niegan ser recuerdos.
Quiero hablarte a tí y decirte que todo esto, va a pasar. Va a pasar aunque no quieras oirlo, aunque no quieras verlo, aunque no quieras sentir que un dia todo esto se te escurrirá entre los dedos.
Todo acaba y comienza en un bucle sin fin, y tú no puedes pararlo.Tal vez el bucle te pare a ti, cuando llegue la hora, y pases a ser un acontecimiento más, el fin de otra historia que comienza.
Se que todo es absurdo, tú también lo sabes, que no existen respuestas para tantas preguntas encontradas, que no existe oxígeno que calme a tus pulmones, contaminados de dulces recuerdos...Se también, que poco puedo ofrecerte para aliviar tu dolor, salvo una línea continuada de tic tac: Ahora sirve de algo el segundero.
Todo esto se te antoja estúpido, es tan grande el sentimiento, que no deja lugar para entendederas, que yo no quiero entender, te dices, pero irremediablemente entiendes. Entiendes que no hay culpas, sino sentimientos, circunstancias, miedos, valentias, personas que se dañan en sus furiosos deseos de cura.
Que yo no quiero entender, pero entiendes...
Entenderás que estas palabras dejen de tener sentido algún día. No intentes estirarlas, transformarlas, amoldarlas, simplemente guarda todo su sentido para este momento, pues no hay sentido sin momento aunque muchos momentos puedan parecerte sin sentido.
Una última cosa.
Te quiero, y aunque tú no quieras, voy a cuidarte.
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