A veces pasa, me despisto, bajo la guardía y vienes, vuelves. Y yo bajo al portal y te veo ahí, sonriente como siempre, radiante como nunca. Sin miedos, sin fantasmas del pasado que callan tu voz y paralizan tus caricias, tan sólo tu sonrisa silenciosa, tus manos largas y frias, tu mirada templada y tranquila...Tan sólo tú.
¿Tomamos algo?-preguntas. Y en lo cotidiano de tus palabras parece como si siempre hubieses permanecido aquí. Como si aquel autobús nunca hubiese tenido un rumbo, un destino, un asiento y un pasaje para tí. Como si nunca hubiese contenido las lágrimas al despedirte, al ver tu reflejo tras el cristal, y al desear ardientemente que las cosas, una vez más, fuesen de otra manera.
-Tomamos lo que quieras, el mundo y su girar, mis labios, los tuyos, el sol, las ganas, la risa, la incertidumbre, tomemos todo, pero tomémoslo caliente, que temple el cuerpo, y los corazones, que temple el alma, amor, que a veces la siento helada.
A veces pasa, me despisto y vuelves.
El portal está vacio y yo sólo puedo volver a casa.
http://www.youtube.com/watch?v=1G4isv_Fylg&ob=av2e
martes, 29 de noviembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
GranHada
Hay personas que te rozan el alma en apenas un pestañeo.
Hay ciudades que te ensanchan el alma en apenas un paseo.
En su caso se cumplen las dos premisas: Ella pestañea mientras pasea por su ciudad.
Granada tiene un encanto especial, su realidad es mucho más grande que sus expectativas, sus calles son un entresijo de paredes encaladas, de aromas a tés lejanos mezclados con ese olor característico y dulzón que deja a su paso un buen cigarro aliñado. Su gente es de allí, y de todo el mundo, y es esa fusión de gentes, de culturas y de ganas las que dejan un eterno espacio en tu interior para volver. Para volver a perderte en la arcilla roja de la Alhambra, en el Paseo de los Tristes, en la humedad del Darro, en la intensidad de su naturaleza, de su sierra, de su aire, de su vida.
Luego están esas otras cosas, el paraguas compartido, las eternas risas flojas, la tetería desierta y cálida, los pies mojados, las mezquitas, los gitanos, las historias empezadas y nunca terminadas, las historias terminadas que empiezan otras, las cervezas, los ojos negros, tu bondad, tu generosidad y tu gracia.
Hay personas que te rozan el alma en apenas un pestañeo.
Hay ciudades que te ensanchan el alma en apenas un paseo.
En su caso se cumplen las dos premisas: Ella pestañea mientras pasea por su ciudad. Y en la inmensidad de mi alma,en el placentero vértigo que produce ese crecimiento, sólo puedo sentir gratitud, por esta jodida, y preciosa vida.
Hay ciudades que te ensanchan el alma en apenas un paseo.
En su caso se cumplen las dos premisas: Ella pestañea mientras pasea por su ciudad.
Granada tiene un encanto especial, su realidad es mucho más grande que sus expectativas, sus calles son un entresijo de paredes encaladas, de aromas a tés lejanos mezclados con ese olor característico y dulzón que deja a su paso un buen cigarro aliñado. Su gente es de allí, y de todo el mundo, y es esa fusión de gentes, de culturas y de ganas las que dejan un eterno espacio en tu interior para volver. Para volver a perderte en la arcilla roja de la Alhambra, en el Paseo de los Tristes, en la humedad del Darro, en la intensidad de su naturaleza, de su sierra, de su aire, de su vida.
Luego están esas otras cosas, el paraguas compartido, las eternas risas flojas, la tetería desierta y cálida, los pies mojados, las mezquitas, los gitanos, las historias empezadas y nunca terminadas, las historias terminadas que empiezan otras, las cervezas, los ojos negros, tu bondad, tu generosidad y tu gracia.
Hay personas que te rozan el alma en apenas un pestañeo.
Hay ciudades que te ensanchan el alma en apenas un paseo.
En su caso se cumplen las dos premisas: Ella pestañea mientras pasea por su ciudad. Y en la inmensidad de mi alma,en el placentero vértigo que produce ese crecimiento, sólo puedo sentir gratitud, por esta jodida, y preciosa vida.
martes, 22 de noviembre de 2011
Conversaciones II
- Carga tu mente y tu cámara de fotos. Habrá más viajes, pero ninguno volverá a ser el primero. Espero que no te defraude ni la ciudad, ni el gin tonic. Sé feliz, sé feliz como tú sabes. Recuerda cómo se hacía y hazlo.
viernes, 18 de noviembre de 2011
Conversaciones I
- ¿ Y tú qué tal? ¿Sabes algo de ella?
- No, no se nada. Estoy bien. Quiero decir que, comprendo mi situación, que es estar triste y recordarla. Pero sigo adelante. ¿Qué más opciones hay?
- Seguir adelante
- No, no se nada. Estoy bien. Quiero decir que, comprendo mi situación, que es estar triste y recordarla. Pero sigo adelante. ¿Qué más opciones hay?
- Seguir adelante
lunes, 14 de noviembre de 2011
viernes, 11 de noviembre de 2011
Reflexión primera
Despertar para encontrarme
esto:
la vida así dispuesta,
el cielo
turbio, la lluvia
que lame los cristales.
Abrir los ojos para ver
lo mismo,
poner el cuerpo en marcha para andar
lo mismo,
comenzar a vivir, pero sabiendo el fracaso final de la hora última.
Si esto es la vida, Dios,
si éste es tu obsequio,
te doy gracias -gracias- y te digo:
Guárdalo para ti y para tus ángeles.
Me hace daño la luz con que me alumbras,
me enloquece tu música
de pájaros,
pesa tu cielo demasiado,
oprime,
aplasta, bajo y gris, como una losa.
Todo está bien, lo sé.
Tu orden
se cumple.
Pero alguien
envenenó las fuentes de mi vida, y mi corazón es
pasión inutil, odio
ciego, amor desorbitado,
crisol donde se funden contrariedades con contradicciones.
Y mi voluntad sigue,
inútilmente,
empeñada en la lucha más terrible:
vivir lo mismo que si tú existieras.
esto:
la vida así dispuesta,
el cielo
turbio, la lluvia
que lame los cristales.
Abrir los ojos para ver
lo mismo,
poner el cuerpo en marcha para andar
lo mismo,
comenzar a vivir, pero sabiendo el fracaso final de la hora última.
Si esto es la vida, Dios,
si éste es tu obsequio,
te doy gracias -gracias- y te digo:
Guárdalo para ti y para tus ángeles.
Me hace daño la luz con que me alumbras,
me enloquece tu música
de pájaros,
pesa tu cielo demasiado,
oprime,
aplasta, bajo y gris, como una losa.
Todo está bien, lo sé.
Tu orden
se cumple.
Pero alguien
envenenó las fuentes de mi vida, y mi corazón es
pasión inutil, odio
ciego, amor desorbitado,
crisol donde se funden contrariedades con contradicciones.
Y mi voluntad sigue,
inútilmente,
empeñada en la lucha más terrible:
vivir lo mismo que si tú existieras.
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